sábado, 4 de febrero de 2017

4-F " ESTALLIDO DE LA DIGNIDAD"



               Empecemos por consolidar esta premisa: el 4 de febrero de 1992 fue más que una ciega acción de un puñado de improvisados militares, tesis central de las voces de la oposición apátrida. Más que una efeméride, aquel acto represento un sacudón ineluctable contra el sistema puntofijista decadente. 
Hay que llevar la operación retrospectiva mucho más allá de nuestras narices. El 4F de 1992 fue uno de los sucesos más impactantes  de la contemporaneidad venezolana, tal vez por la fuerza con que irrumpe. Lo que pronunciaban las balas provenía de la ira de las grandes mayorías. Por tanto,   la recordada fecha puede mostrarnos otros costados.
            Digámoslo ahora: la historia también se mueve a través de los impulsos. De allí la importancia de examinar la parábola sintomática que va de 1989 a 1992. En la indignación del caracazo del 27 de febrero de 1989, conseguimos el primer fogonazo;  grito inicial de quien revelaba, relampagueantemente, la llamada “democracia representativa”. Tres  años después, había que responder a aquel empuje original, quizás ahora con una contundencia mucho más aguerrida: lograban demostrar que  el sistema político fundado en 1958 tenía sus días contados. Lo demás es historia: ya nada podía contener  la potencia cívico-militar de un movimiento tan avasallante como revolucionario en la frontera del siglo XXI: la refundación del sueño bolivariano.



 

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