lunes, 21 de marzo de 2016

EL DISCRETO ENCANTO DEL MODELO RENTISTA (II)



Cada vez que un venezolano o venezolana raspa su cupo de dólares en el exterior con el propósito de revenderlos, o compra una gandola de cemento y la revende a precios estratosféricos, o contrabandea comida hacia Colombia, o bachaquea con insumos básicos para la población, se fortalece la cultura de la riqueza fácil, que es una de las premisas del capitalismo rentista.
En un ambiente de total impunidad, es imposible que la práctica del enriquecimiento veloz no permee culturalmente en la vida de la sociedad. Es un elemento vital de la lucha política que se libra en Venezuela desde hace décadas y especialmente en los últimos tres lustros, donde cada modelo intenta hegemonizar a la sociedad, principalmente, desde los factores que integran su cultura.
Entonces, podríamos decir que se anotó un punto el sistema capitalista con la masificación del bachaqueo como medio de enriquecimiento incluso para sectores humildes; un misil a la conciencia social que debilita y desmoraliza al pueblo, evidenciando la crisis del modelo de capitalismo rentista, extractivista, monoproductor y multiimportador de Venezuela.
La burguesía es astuta y actúa desde la doble moral. Ha sido históricamente la clase que explota la fuerza de trabajo del pueblo, que acapara los productos y materias primas para extraerles grandes ganancias, que guarda en sus bancos las riquezas del planeta, que sustrae los más valiosos recursos al mar y a la tierra; son expertos bachaqueros, muy organizados y tan sofisticados que llegan incluso a parecer gente y no bestias depredadoras.
Por: Juan Manuel Parada. Especial para TP
PRENSAPCV

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